Sevilla enamora al cielo,
para vestirlo de azul,
capazo duerme en Triana,
y la luna en Santa Cruz.
Los del Río, Sevilla tiene un color especial.
Hay muchas formas de hacer turismo en Sevilla, de disfrutar
de sus calles, jardines, iglesias, bares… no hay que dejar un rincón sin
visitar. Sí, Sevilla tiene un color especial.
Hoy vengo a daros una idea que se me ocurrió visitando el Pabellón de los
Sevillanos ilustres, y es conocer Sevilla según una ruta literaria, en este
caso, la ruta literaria de Becquer.
Como sabréis Becquer nació en Sevilla. Ah! ¿Que no lo sabíais? Eso no tiene perdón.
Ya conocéis, gracias
a la entrada del otro día, dónde está enterrado, así que mejor empecemos por el
principio y vayamos al momento del nacimiento.
Para eso quedemos en un lugar
céntrico, por ejemplo en la puerta del Corte inglés del Duque. Claro que para
evitar que los libros nos abduzcan, quedemos en la otra puerta, la principal,
puesto que parece ser, que a más de uno, los libros le aúllan cual sirenas en
el mar, para que acudan al rescate, e irse con ellos en el bolso. En fin,
qué malo es el vicio de la lectura, siempre gastando dinero.
A lo que íbamos…
De esa misma plaza, sale la calle Jesús del Gran Poder, y en una de las
bocacalles a la izquierda, tenemos el lugar donde nació Becquer: calle Conde de
Barajas, 28. Es un edificio remodelado varias veces, aunque aun podemos
distinguir la placa que puso el Ayuntamiento para conmemorar tan ilustre
nacimiento.
Si continuamos esa calle, desembocaremos en la Plaza San
Lorenzo. Allí es donde fue bautizado nuestro querido escritor; además de ser
donde se encuentra la imagen del “señor de Sevilla”, como se le conoce al Jesús
del Gran poder. Quien no conozca la Semana Santa sevillana, desconocerá que el
día grande de la misma, es el viernes de madrugada. Esa noche salen las dos Esperanzas: la de
Triana y la Macarena; y por supuesto, el “señor de Sevilla”, Jesús del Gran
poder. Quedaros con esta plaza, porque
en breve os contaré uno de esos relatos que tanto me gustan. ;)
En la misma calle por donde habíamos venido, calle Jesús del
gran poder, en el nº 29, hay una placa recordándonos que aquello fue un
colegio, y que fue ahí donde Gustavo Adolfo estudió en sus primeros años. La
propia clínica que restauró el edificio, puso la placa conmemorativa para que
no olvidaran al autor.
Hago un pequeño inciso, aparte de para descansar, seguro que algún@s
se habrán traído tacones, para protestar e iniciar una campaña a favor del
respeto por lo antiguo.
Tras hacer esta ruta literaria, hemos descubierto que
no respetan la historia de Sevilla. Hay placas conmemorativas que han sido
pintadas, pero no en plan grafiti, eh? Sino pintadas con el mismo color del
edificio donde se encontraban. Un ejemplo de esto lo tenemos en la placa que
había en La venta Los gatos. Becquer pasaba por aquí a menudo, llegando a dedicarle
una de sus leyendas. Pues..voilá.. desaparecida.
Otras de estas placas, está tapada por ramas y hojas, no dejándose ver por
completo, como la que hay a las espaldas de los Jardines del Alcazar… En fin,
una tragedia. ¡Respetemos el recuerdo!
Una vez que hemos descansado y protestado un poco, seguimos
la ruta camino a la casa de Becquer. Aquí tenemos que puntualizar que hay dos:
una en la calle Potro, la de su infancia, justo al lado de la calle Jesús del Gran
poder; y otra, con la que vivió con su hermano Valeriano, cerca de nuestro
siguiente punto, El museo. La calle se llama Mendoza Ríos, pero ahora mismito
están restaurando la casa, con lo que no podemos apreciar nada. Eso sí, estamos
en pleno centro, y por la anchura de sus calles, sus empedrados… nos podemos
hacer una idea a cómo habría sido en aquella época. Quizás, si cerramos los ojos, nos
imaginemos a un Becquer enfermo, paseando del brazo de su hermano.

El Museo de Bellas Artes, se encuentra situado en la plaza
del mismo nombre: la plaza del museo. Es gratis para todos los ciudadanos
pertenecientes a la comunidad europea, así que no perdáis la oportunidad de
visitar ese “peazo” de edificio, con tantísimas obras conocidas, y con un
entorno mágico. Eso sí, el por qué venimos a visitar el museo, es porque entre
sus muros, se encuentra el cuadro que pintó de él, su hermano Valeriano. Así que
aquí venimos, a rendirle homenaje.
Tras haber disfrutado con esculturas y cuadros, nos
disponemos a visitar otro lugar emblemático por su historia legendaria a manos
de Becquer: el convento de Santa Inés, donde tiene lugar la leyenda de Maese
Pérez el organista. Como venimos desde el Museo, pasaremos por la facultad de
Bellas Artes, así que, aunque sea el final de trayecto, aprovechad para visitar
la tumba de Becquer. Recordad que la visita, a 2011 que estamos, son los
viernes de 16.30h a 19.30h.
Callejeando por el centro de Sevilla, podemos ir del
convento al siguiente punto, La taberna las escobas. En ese paseo pasaréis por
la conocida plaza la Alfalfa, donde podréis parar a tomar una buena tapa con su
respectivo refrigerio. Además, también pasaréis por la iglesia El salvador, una
maravilla donde las haya.
Junto a la Catedral y la Giralda, encontraremos la Taberna
Las escobas, una legendaria taberna que era el punto de encuentro entre muchos
artistas de la época. Fue fundada allá por el 1386, así que imaginad la
cantidad de ilustrísimos que han pasado por sus cuatro paredes.
Dada la cercanía, no dejéis de entrar en la Catedral, y de subir a la Giralda,
nada puede ser comparado con esa vista, por muchas setas que pongan (me refiero
a las setas que han puesto en la Plaza la Encarnación, que aunque hemos pasado
por la vera, supongo que se os vendrán a los ojos, ni las he comentado por lo
horrendas que son, aunque de alegría al centro).

Para pasar al siguiente punto, cruzaremos el barrio de Santa
Cruz por la judería. Dejaremos a la derecha los Reales Alcazares, un lugar
maravillosos con unos inmensos jardines que no os podréis perder.
La calle El agua, el Hospital de los Venerables, los Jardines de Murillo…
lugares emblemáticos de Sevilla que hay que patear para conocerlos.
A las espaldas de los jardines de los Reales Alcázares, cerca de la calle San
Fernando, se encuentra una placa que recuerda aquel relato que escribió Becquer
sobre la feria de Sevilla, que antiguamente se situaba en el Prado. Pero si no
lo veis, no preocuparos, es porque la naturaleza, ha cogido terreno a la placa
y no se distingue nada.

Desde donde está la placa, podemos observar la antigua Fábrica de Tabaco,
actualmente rectorado de la Universidad de Sevilla.
Subiendo por la calle San Fernando, hacia Puerta Jerez, encontraremos el hotel
más conocido de Sevilla, el Alfonso XIII. Y a las espaldas de este, está el
Palacio de San Telmo, donde actualmente se encuentra la presidencia de la Junta
de Andalucía. Aquí fue donde inició sus estudios de náutica.
Como colofón a nuestra ruta, terminaremos en la
glorieta de
Becquer en el
Parque María Luisa. En el centro de la glorieta, se encuentra una estructura o base en forma octogonal, con peldaños, donde se situa el pedestal con las inscripciones de la fecha de nacimiento y muerte del poeta. Del pedestal emerge el busto de Bécquer basado en el célebre retrato que antes hemos visto en el museo, de su hermano Valeriano.
El resto del conjunto es toda una alegoría al Amor.
A la izquierda del poeta nos encontramos un cupido joven:"Amor herido", yace como su propio nombre indica, herido, con un ala rota y un puñal en la espalda, que representa el desengaño amoroso, la traición amorosa. Recordamos una de sus rimas:
Me ha herido recatándome en las sombras,
sellando con un beso su traición.
Los brazos me echó al cuello y por la espalda
partióme a sangre fría el corazón.

Al otro lado encontramos un cupido niño ("Amor que Hiere") en bronce, quien trata de clavar una flecha en el corazón de unas de las tres jóvenes.

Por último, viendo el monumento desde el otro ángulo, encontramos tres señoritas cuyos rostros reflejan las reacciones diversas que se siente en las distintas fases amorosas:
La Primera, representa al Amor que Viene o Futuro ( "Amor ilusionado o soñado") y vemos como se encuentra espectante e ilusionada con el nuevo amor.
Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso....yo no sé
que te diera por un beso.
La central simboliza al Amor Presente ("Amor poseído, amor pleno").
Hoy la tierra y los cielos me sonríen,
hoy llega al fondo de mi alma el sol,
hoy la he visto...., la he visto y me ha mirado...
¡Hoy creo en Dios!
Por último, observamos como la última aparece cabizbaja y sin tener ninguna ilusión dejando caer las flores que en otro tiempo lo significaron todo y que ya no son nada. Es el "Amor perdido".
¡Los suspiros son aire y van al aire!
¡Las lágrimas son agua y van al mar!
Dime, mujer, cuando el amor se olvida,

A la salida del Parque, tenéis la famosa Plaza España, tendría delito si no pasarais a verla, aunque no tenga reminiscencia de Becquer.
Espero hayáis disfrutado de esta ruta literaria conociendo Sevilla. Después de mucho investigar para llevaros a los distintos puntos, descubrí que no es una idea desconocida. Ya en el 1972, José María Toscano San Gil, se llevaba a sus amigos de ruta turística literaria, aunque este la ampliaba a todos los autores que por aquí pasaron. Así lo describió en el ABC del 06/05/72.